La costumbre es llevarlos al desguace cuando ya no funcionan, pero en China les han encontrado una utilidad. Trece coches abandonados forman una escultura
que, al verla, pareciera que los dueños de los vehículos hubiesen
decidido aparcarlos uno encima del otro. Esta peculiar "obra de
arte" puede visitarse en el Jiangcheng No.1, un parque cultural ubicado en Wuhan, capital de la provincia central china de Hubei.
Con una inversión total de casi 200 millones de yuanes (alrededor de 25
millones de euros), el parque cultural, que originalmente fue una
fábrica de automóviles, ha sido incorporado en el arte vibrante y la
comunidad cultural de la ciudad.

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